La familia tradicional

Todo el mundo sabe que cuando se defiende la familia tradicional en realidad no se defiende casi nada, sino que se ataca a la pareja homosexual. Sin embargo, a veces me pregunto qué clase de familia es la tradicional; en qué consiste esa tradición que con tanto ahínco se debe proteger de los peligros externos. Continuar leyendo «La familia tradicional»

El listón y el «¡son todos iguales!»

liston

Como de costumbre, las miserias de Podemos generan infinita ira en los medios de todo el país, así como en las redes sociales, muy activas al respecto. Lo que personalmente opino de Ramón Espinar lo dejo para el final. Antes quiero explicar dos cositas sobre ese argumento ramplón de que “la culpa es de ellos, por haber puesto el listón muy alto”. El asunto tiene miga y rezuma un insostenible relativismo. Me explico. Continuar leyendo «El listón y el «¡son todos iguales!»»

El monopolio de la chusma

Chusma

I

Nunca me ha parecido que aquella frase referida a los ilustrados -“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”- albergase en el fondo un matiz peyorativo: al revés, la considero tan moralmente honesta como históricamente descriptiva. Su preocupación era el pueblo; pero este carecía de la instrucción necesaria para saber qué le convenía y qué no, y además se dejaba engañar por la superstición y por la Iglesia mientras la alta nobleza le usurpaba la soberanía. En un sentido muy preciso, la Ilustración fue un movimiento contracultural y antisistema (anti antiguo régimen); parte de su fuerza se debió al hecho de que no pretendía dialogar con las masas, sino imponerles las mejoras objetivas para que esta se liberase a sí misma de los yugos impuestos, pero por un camino que los ilustrados ya sabían de antemano, porque lo había teorizado. Los villanos, para la Ilustración, estaban muy bien definidos: el clero sangrante y la nobleza ociosa. Las víctimas también: los pueblos oprimidos por sus usurpadores.

Continuar leyendo «El monopolio de la chusma»

De culpas y causas

I

Hace años que descubrí en el discurso común de la gente con la que hablo, o de quienes comentan por Internet, una tendencia masiva a hablar de ‘culpa’ y de ‘culpables’; con tanta y tan inconsciente insistencia que pronto me empezó a oler a ideología de la mala: aquella cuyo tufo puede confundirse con la del pescado podrido.

Achaco este mal olor a dos razones: la primera, que suelen referirse a culpas colectivas de difícil expiación. La segunda, que le impiden a uno seguir profundizando, pues se habla de ‘culpa’ para zanjar los asuntos de sopetón.

Mexcla

Continuar leyendo «De culpas y causas»

Pues no, los votantes nunca se equivocan

Gracias a varios conversadores de diversas redes sociales, he escrito esta entrada con el objetivo de razonar largamente, y hasta donde me sea posible, en contra de un tópico que socava (cual gota malaya) los fundamentos de la democracia y del Estado de Derecho: la idea de que los votantes se equivocan o aciertan al votar.       

Para leer lo que viene a continuación les pido tres cosas: paciencia, dejarse llevar por el texto y escuchar mis palabras sin ponerse de antemano a la defensiva. Como ven, nada que conlleve demasiado esfuerzo. 

Después leeré encantado todas sus respuestas, matices o réplicas.

Empezamos.

 

Urna

Continuar leyendo «Pues no, los votantes nunca se equivocan»

La muerte y tu sueño

I

El kiwi, además de una fruta, es un pájaro australiano que no vuela. Yo no lo sabía hasta hoy mismo, cuando se me ha mostrado un cuento infantil de Carmen Posadas en el cual un perro descubre un huevo de este orondo animalillo, y posteriormente, en vez de comérselo, se hace cargo de su crianza.

(Si quieren saber más sobre las características de los kiwis, en este vídeo encontrarán la suficiente información).

Kiwi Continuar leyendo «La muerte y tu sueño»

Migajas (2)

 

(Pecios, migajas, pensamientos, sentencias) Los aforismos son las conclusiones de una tesis cuyos preámbulos nos hemos ahorrado escribir.

 

 (Glosa al anterior) A veces uno adquiere de repente sobre algo una intuición tan inmediata que escribir trescientas páginas de introducción para justificarla le suena a pérdida de tiempo o a blasfemia. Como decía Jesucristo: “¡Quien pueda entender, que entienda!”.

 

(La imposible redención) Si el Infierno existe, y a expensas de cuantos horteras gusten de considerarlo una costumbre parisina inseparable del vino blanco en una terraza cercana a los Campos Elíseos, este debe de consistir sin duda en una habitación de dos metros cuadrados, en la cual el pecador irredento comparte espacio para siempre con un incansable acordeonista. De entre todos los instrumentos inventados por el hombre, solo este nos hace preferir la muerte a la eternidad.

Continuar leyendo «Migajas (2)»